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Somos los únicos seres en el planeta que construyen relatos para darle sentido a su entorno. A lo que no podemos explicar. Y a lo que sí podemos, pero nos aburre soberanamente.
Cualquier otro mamífero, siente la fuerza de la naturaleza y la disfruta o la sufre. Los seres humanos la teorizamos, pretendemos controlarla y como si fuera poco, creamos historias en torno a ella.
Esta capacidad hace posible que existan mitologías, revoluciones y marcas que venden. Vivimos la realidad en diferentes planos: en el mundo natural-animal al cual pertenecemos, en nuestro mundo subjetivo de deseos y necesidades y en el universo de los relatos que construimos para darle sentido a todo lo anterior.
Por si te quedaron dudas: aprender a contar y escribir historias -cualquier tipo de historias- no solo es una capacidad que nos diferencia sino que es la que le da forma al mundo que conocemos, tal como lo conocemos. Con esta perspectiva, es imposible que no tengas una epifanía inmediata: el poder está en las palabras.
Este es un curso en el que el poder de las palabras se revela para que escribas historias que emocionan, persuaden y venden.
Soy una lectora atenta. No pocas veces, observo presentaciones sobre el relato de marca como algo ajeno al fenómeno de la escritura en sí misma. Entiendo por qué sucede: es más simple ofrecer fórmulas generales que afirmar sin anestesia la necesidad de sostener una práctica de escritura constante.
Estamos desesperados por encontrar respuestas que no nos compliquen la vida, por eso, creemos sin reparos en una promesa de cambio definitivo en 48horas con una fórmula de tres pasos.
Curiosamente, esta estrategia simplificadora tiene consecuencias devastadoras e inmediatas. Si queremos creer en esa promesa, pronto vamos sentir frustración y esa sensación de incapacidad molesta que impide enfocarse en lo importante.
Porque, como era previsible, no fuiste capaz de escribir contenidos «relevantes, impactantes y de valor» . Ni obtuviste la respuesta que necesitabas de tu audiencia y mucho menos, aumentaste tus ingresos vendiendo productos o servicios.
Si es así, no te sientas mal. Lo único que demuestra es tu humanidad. Porque de la misma forma que somos capaces de crear relatos somos capaces de creerlos.
Tenemos deseos de creerlos aunque la razón encienda todas las alarmas que conoce para que despegues tu yo primitivo y emocional de la decisión de creer en castillos en el aire.
La tecnología no creó estas necesidades: las potenció. Esta realidad no solo es irreversible sino que nos pone frente a un reto que tenemos que considerar: entender que son los relatos los que modelan la forma en la que somos en el mundo. Aunque nunca hayamos escuchado antes la palabra «relato».
¿Por qué? Porque somos los únicos seres capaces de verbalizar cosas que están solo en nuestra imaginación. Tenemos miedo de cosas que están únicamente en nuestra mente. Nos enamoramos de ideas que construimos imaginariamente. Y podemos decirlas con palabras. Esa capacidad de enamoramiento de «lo inexistente» es la que hace posible que existan las marcas. Sí, entre ellas, tu marca.
Tu marca es parte de un algoritmo inmenso: una red de relaciones nutrida de palabras. Aunque en este momento te asuste la palabra «algoritmo» -o te despierte rebeldía comprender todo el tiempo que perdiste centrando tu atención en otros detalles menos trascendentes- lo cierto es que todo lo que hayas creado o estés creando forma parte de una compleja matriz de lenguaje por más físico que sea tu producto estrella.
Tus productos son lingüísticos -son piezas de storytelling- porque la forma de venderlos es con palabras. Si estás pensando: ¿qué hay Paula de quienes venden solo con imágenes? Dejame ofrecerte una respuesta simple. Antes de vender con una imagen -que es posible- creaste dos toneladas de contenido, que son la base del iceberg. De esa forma, la imagen adquiere su poder evocador.
Las fotografías no construyen significado, lo evocan. La escritura, levanta sistemas enteros.
Este es un espacio de vista previa del contenido que puedes usar para interesar a tu público en lo que tienes que decir para que se entusiasmen en saber y leer más. Elige el detalle más interesante que aparece en la página y escríbelo aquí.
El storytelling XL le habla directamente a las emociones de quien lee y despierta sus deseos de actuar. ¿Por qué? Porque es capaz de crear un vínculo emocional con el lector impensable en otro tipo de argumentos.
Un buen storytelling XL va a darle un marco al precio de tus productos o servicios. El relato que acompañe tus contenidos de decisión tiene que estar a la altura de los objetivos para tu marca.
Conocer tu forma de contar sensibiliza al lector que, aprende a conocerte poco a poco detrás de cada relato. Este factor es primordial para ganarnos la confianza de las audiencias que llegan a nuestras plataformas de expresión.
18 MASTERCLASS PARA DESBLOQUEAR EL PODER DE LAS PALABRAS.
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